¿Qué es el film manual de 23 micras 2 kg y por qué es tan popular?

Si hay un producto esencial en cualquier línea de embalaje y logística, es el film manual de 23 micras y 2 kilos. Este tipo de film es una solución práctica y eficiente que lleva años dominando el mercado español. ¿Por qué? Muy sencillo: su equilibrio entre resistencia, rendimiento y precio lo ha convertido en el preferido para la mayoría de tareas de paletizado y protección de mercancías.

Este film se utiliza principalmente para envolver manualmente cargas paletizadas o productos individuales antes de su envío, protegiéndolos contra el polvo, la humedad o pequeños golpes. Su aplicación es sencilla y no requiere maquinaria compleja, aunque existen soportes o dispensadores que hacen el trabajo aún más cómodo y ergonómico para los operarios.

Lo que diferencia al film manual de 23 micras frente a otras opciones del mercado es su capacidad de tracción y su fuerza de sujeción. Este tipo de film tiene una pequeña capa adherente que le permite fijarse al producto durante el proceso de envoltura, lo que garantiza que la carga se mantenga compacta y estable durante el transporte.

En la práctica, su resistencia lo hace ideal para una amplia variedad de sectores, desde la alimentación hasta la industria farmacéutica, pasando por almacenes logísticos y fábricas de manufactura.

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Ventajas clave del film de 23 micras frente a otros grosores

En el mundo del embalaje, cada micra cuenta. Una variación en el grosor del film puede suponer diferencias notables tanto en rendimiento como en coste operativo. El film manual de 23 micras se posiciona como el punto medio perfecto: no es tan fino como para comprometer la resistencia, ni tan grueso como para encarecer innecesariamente el embalaje.

Uno de los puntos fuertes de este tipo de film es su durabilidad frente al uso repetido. Mientras que films más delgados como el de 17 o 20 micras pueden requerir más vueltas o capas para asegurar bien la carga, el de 23 micras mantiene una firmeza que reduce significativamente la cantidad de plástico necesario por palet. Eso se traduce en un ahorro tangible a medio y largo plazo.

Además, hablamos del film más vendido en toda España desde hace años, precisamente por este balance ideal entre resistencia y coste. En el día a día, utilizar un film de menor micraje podría significar tener que reforzar el palet con más vueltas, lo cual no solo eleva el gasto en material, sino también en tiempo y esfuerzo del operario.

Este tipo de film también tiene un mejor comportamiento frente a cortes accidentales, cambios de temperatura y movimientos bruscos durante el transporte. Su adaptabilidad lo convierte en una solución universal para casi cualquier tipo de carga.

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Mandril: cómo afecta al peso útil y coste por bobina

Una parte fundamental del film manual que muchas veces pasa desapercibida es el mandril, es decir, el tubo de cartón interior sobre el que se enrolla el film. Puede parecer un simple detalle técnico, pero la verdad es que influye directamente en el coste real por kilo de plástico utilizable.

Por ejemplo, si compras una bobina de 2 kg con un mandril de 800 g, en realidad estás recibiendo solo 1.200 g de film útil. En cambio, si eliges una bobina con un mandril de 200 g, estarás obteniendo 1.800 g de film real. La diferencia es enorme, y muchas veces no se explica claramente en la venta.

Este detalle, aparentemente pequeño, puede tener un impacto directo en la rentabilidad del embalaje en tu negocio. Es importante siempre preguntar por el peso del mandril y no dejarse llevar únicamente por el peso total de la bobina.

Además, los mandriles de menor peso también son más fáciles de manejar y reducen el esfuerzo físico para los empleados que deben envolver los palets a mano. Todo suma cuando se trata de mejorar la eficiencia en el almacén.

Colores y usos: transparente, negro y blanco en paletizado

El film manual de 23 micras no solo viene en formato transparente. También está disponible en versiones de color negro o blanco, cada una con funciones específicas dependiendo del uso que se le quiera dar.

El film transparente es el más utilizado a nivel nacional. Permite ver claramente la carga, identificar etiquetas y verificar el contenido sin necesidad de desenvolver. Es la elección por defecto para la mayoría de empresas debido a su versatilidad.

Sin embargo, cuando se necesita proteger la confidencialidad del contenido o simplemente mantener el anonimato de lo que se transporta, el film negro se convierte en la mejor opción. También se utiliza para reducir el paso de luz, por ejemplo, en productos que pueden degradarse con la exposición solar.

El film blanco, aunque menos común, cumple funciones similares al negro. También ayuda a evitar el sobrecalentamiento de productos sensibles al calor al reflejar la luz solar, siendo ideal para sectores como la alimentación o la cosmética.

Todos estos films están fabricados con propiedades mecánicas similares, pero su aplicación dependerá del tipo de carga y del nivel de protección o discreción que se desee ofrecer.

Adhesión, elongación y resistencia: fundamentos técnicos

El valor del film manual de 23 micras está en su ingeniería. Más allá del grosor, lo que realmente importa es su capacidad de elongación y su resistencia a la tracción, elementos clave en el proceso de paletizado.

Este tipo de film puede estirarse sin romperse, adaptándose perfectamente a la forma de la carga y generando presión que mantiene firme todo el conjunto. Esta propiedad es la que evita desplazamientos, deslizamientos o colapsos del palet durante el transporte.

La adhesión es otra característica crítica. El film tiene una cara interior ligeramente pegajosa que se adhiere a sí misma sin necesidad de pegamentos ni cintas adicionales. Esa adherencia es clave para que cada vuelta se mantenga en su sitio, y no se desplace durante el trayecto.

Gracias a estas propiedades técnicas, el film de 23 micras resiste muy bien tensiones laterales, vibraciones y pequeños impactos, que son habituales en el transporte de mercancías. Esta resistencia es la que lo ha convertido en el “caballo de batalla” de almacenes, fábricas y centros logísticos.

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Formas de aplicación: manual vs. soporte/dispenser

Aunque el film manual está pensado para ser usado directamente con las manos, existen accesorios como soportes o dispensadores que facilitan enormemente su aplicación. Estas herramientas no solo aceleran el proceso, sino que lo hacen más ergonómico y eficiente.

Cuando se utiliza a mano, el esfuerzo físico puede llegar a ser considerable, especialmente si se embalan muchos palets al día. El uso de un soporte permite desenrollar el film de forma más controlada, mantener una tensión constante y reducir el riesgo de cortes o roturas accidentales.

El paletizado puede hacerse también con enfardadoras, especialmente en casos donde el volumen de palets es elevado. Estas máquinas utilizan bobinas de film automático, que tienen un formato diferente pero una función idéntica: envolver la carga con eficiencia y seguridad.

Elegir entre aplicación manual, con soporte o con enfardadora dependerá de la frecuencia de uso, el volumen de carga diario y la infraestructura de cada empresa. Pero incluso para pequeñas operaciones, un buen soporte puede marcar la diferencia en comodidad y productividad.

Cómo integrar la calidad en tu cadena de embalaje

Un error común en muchas empresas es subestimar la importancia de un buen film en la logística general. Parece un detalle menor, pero si el film se rompe, la carga se desajusta o llega dañada al cliente final, el coste de ese fallo puede ser alto.

Por eso es clave apostar siempre por una bobina de calidad garantizada. No se trata solo del precio por unidad, sino de cuántos metros reales estás obteniendo, qué porcentaje del peso es plástico útil y qué comportamiento tiene el film bajo esfuerzo.

También es relevante evaluar el entorno de trabajo: si la temperatura es alta, si los productos tienen esquinas cortantes o si se apilan varias alturas, todo eso condiciona qué tipo de film necesitas.

Y no olvidemos que las bobinas se venden habitualmente en cajas de 6 unidades o en palets de 60 cajas, por lo que hacer una compra optimizada en volumen puede ayudarte a reducir los costes de forma considerable.

Consejos para comprar film manual: empaquetado, cajas y palets

Aquí algunos tips prácticos antes de realizar una compra de film manual de 23 micras y 2 kg:

  1. Pregunta siempre el peso del mandril. No te fíes del peso total de la bobina.

  2. Revisa la cantidad de metros lineales reales. Algunos proveedores indican metros aproximados.

  3. Comprueba el tipo de film: estirable, adhesivo por una cara, macroperforado…

  4. Evalúa si necesitas color. El transparente es estándar, pero el negro o blanco pueden ser claves para ciertos productos.

  5. Consulta el formato de venta: ¿vienen en cajas de 6 bobinas? ¿Puedes comprar por palets?

  6. Valora añadir un soporte manual si el uso será frecuente. Aumentarás productividad y reducirás lesiones.

Al final, invertir en un buen film no es un gasto, es una garantía. Elegir la calidad adecuada evita roturas, reclamaciones y problemas logísticos, asegurando que tus productos lleguen impecables al cliente final.

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